El día en el que se supone todos deben ser felices, es bastante cierto que no todos lo son.
Porque todos son felices, hay alguien que se siente aún más solo.
La soledad es tan fácil de ocultar, a veces tu mismo te convences sin darte cuenta. Entre juego y juego quien no se cree las mentiras propias. Pero honestamente, cuando vas a la tienda y compras un cigarro pero no tienes con que prenderlo, no estas creando metáforas sobre como evitar la muerte lenta, más bien eres un poco estúpido. Y distraído. Pero, ¿qué me está distrayendo? ¿hay algo rondando en mi cabeza que es demasiado abstracto para que mi muy concreto y preciso cerebro pueda comprender? No lo sé, tal vez solo es estupidez y ya.
Puede que sean las luces que decoran tan alegremente las casas y calles en estas épocas, porque he llegado a la realización de que los cambios tan bruscos de colores y todas esas diferentes formas me ponen algo melancólica.
Historias que recuerdo, historias que me hacen extrañar ciertos sentimientos o sensaciones, incluso sabores. ¿Pero no somos así todos? porque siempre hay alguien que no pudo acercarse por cierta razón, hay alguien más que tampoco pudo acercarse por otra razón,
y esta ese alguien que siempre espera sin importar que.
Todos pretendemos ser felices y estar bien. Probablemente parezcamos estar bien, pero toma tiempo sanar. Las cicatrices son diferentes de lo que aparentan ser, por eso en navidad, extrañamos a otros aún más.